Time goes
by so slowly
En la entrada de hoy voy a dejaros una "rara avis"
dentro de mis fotos. En este caso uno de los elemento principales en la misma
es una persona.
Los que conocéis el tipo de fotografía que hago en ciudad
habréis observado que mi fotografía urbana suele centrarse en ambientes vacíos
o en los que las personas presente en el encuadre son siempre anónimas, vamos
como en el cuadro de Gaspar Friedrich "Viajante sobre mar de nubes"
pero con menos protagonismo (salvando las distancias).
Generalmente intento trasmitir la sensación de frialdad (en
algunas tomas) y/o de soledad en la gran ciudad (en otras tomas tratadas a tal
efecto).
Pues bien la fotografía que comparto hoy estaba pensada para
pasar al ultimo grupo pero casualidades de la vida dio lugar a la toma que hoy
podéis ver.
El aficionado a la fotografía es un "bicho raro",
siempre hablando de la luz (están enfermos), pensando en otro objetivo (¿para
qué si ya tienes dos?), cargando con la cámara como si fuera su segunda piel,
despertándose antes del amanecer, trasnochando para fotografiar casas a oscuras
en medio del campo... y deseando que llueva y escampe.
Y es que los días de lluvia son perfectos, justo después de
un buen chaparrón la luz es perfecta, el aire limpio y en la ciudad el asfalto
mojado hace que sea el momento ideal. Si encima estamos hablando de la última
hora de la tarde o primera de la mañana, entonces el escenario es perfecto.
En este caso, era media tarde, pero el cielo estaba
encapotado lo que ayudaba a cubrir un poco ese sol que justo entraba por la
izquierda en el encuadre. Por suerte en este caso iba pertrechado a conciencia
para la ocasión.
Monte un ND16 para intentar vaciar la calle que en esos
momentos aún estaba medio vacía, trípode, nivel, disparador... lo que suele
decir full equipe. Una vez montado el equipo, busque un encuadre. Yo suelo
encuadrar muchas veces desde arriba cuando quiero colocar en la foto un
elemento de fuerza en la toma, me "echo" muy encima del objeto y
aprovecho el efecto del angular y así destaco ese primer plano y de paso puedo
trabajar las texturas del suelo que me gusta destacar en mis fotos. La idea es
tomar desde arriba para despegarme de la escena, casi planos cenitales. Además
y al no contar con un descentrable para esta toma la corrección de lente en el
postproceso fue prácticamente nula.
Con el encuadre ya conseguido ahora había que considerar
cuando lanzar la foto. No contaba con mucho tiempo ya que la gente invadiría
esta zona en minutos, pero debía intentar fijarme en el tráfico para lanzar la
toma cuando mas despejado estuviera y cuidando que las nubes cubrieran el sol.
Estos detalles son siempre los que diferencian unas fotos de otras, los
detalles SIEMPRE marcan las diferencias, y en fotografía más.
Tras varios intentos y tener al menos una toma correcta,
decido reencuadrar ligeramente a la derecha para cerrar la composición de forma
(a mi entender) mas acertada. Justo en ese momento el caballero que veis en el
primer plano, se sienta y comienza a fumar impasible. No me lo podía creer,
parecía estar preparado, se sentó justo en ese banco en el lugar donde le
hubiera sentado de haber querido esa foto. Todo preparado, y listo solo para
disparar. Como veis apenas se movía lo que facilito vaciar en la medida de lo
posible la calle (que comenzaba a llenarse) y que él mismo saliera totalmente
definido. Así estuvo cerca de 5 minutos en los que le fotografié e igual que
vino se fue.
Había sido fabuloso, me sentí como uno de esos fotógrafos
sociales que escenifican sus tomas. Pero no fue así. La duda que me queda es:
¿técnicamente es un robado? No lo sé, no me importa, pero tuve la sensación de
haber captado desde otro punto de vista el espíritu de la ciudad. Ese día volví
a casa ilusionado por el resultado de la sesión, que finalmente no me defraudó.
Siempre hay una foto, recordad.
Si es posible, ésta me gusta aun más que Atardecer en la Gran Vía III. De nuevo mi enhorabuena.
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